La NASA despliega su sistema de defensa planetaria

La reciente aparición del objeto 3I/ATLAS, un cuerpo interestelar que cruzó la órbita de Marte, ha reavivado el debate entre científicos y aficionados. En redes y foros astronómicos surgieron teorías que sugieren que podría no ser un cometa natural, sino un objeto de origen artificial o incluso una nave de procedencia extraterrestre, debido a cambios atípicos en su trayectoria y luminosidad. Aunque la NASA ha descartado oficialmente esa hipótesis, el fenómeno ha impulsado la activación de su nuevo sistema de defensa planetaria, una estrategia científica para proteger a la Tierra de posibles amenazas espaciales.

Este sistema, coordinado por la Planetary Defense Coordination Office (PDCO), combina tecnología de detección avanzada, inteligencia artificial y misiones de impacto controlado. Su objetivo es identificar, monitorear y desviar objetos cercanos a la Tierra (NEOs) antes de que puedan representar un peligro real.

Entre sus proyectos más destacados figura la misión DART (Double Asteroid Redirection Test), que en 2022 demostró que es posible alterar la órbita de un asteroide mediante un impacto cinético. Este experimento marcó un antes y un después en la defensa planetaria. Próximamente, el telescopio espacial NEO Surveyor ampliará la capacidad de detección, especialmente de asteroides que permanecen ocultos por la luz solar.

La NASA también colabora con la Agencia Espacial Europea (ESA) en la misión Hera, destinada a estudiar los efectos del impacto de DART y perfeccionar futuros métodos de desviación.

Según Lindley Johnson, responsable del programa de defensa planetaria, “no buscamos generar alarma, sino estar preparados. La defensa planetaria es una forma de asegurar el futuro de la humanidad frente a los riesgos cósmicos”.

Con este despliegue, la NASA consolida un sistema de vigilancia permanente que no solo protege a la Tierra, sino que también abre una nueva era de cooperación científica internacional frente a las amenazas del espacio profundo.