El Nobel de Economía 2025 premia la innovación y deja lecciones para el futuro
- Héctor Kuga Carrillo
- 21 oct.
- 2 Min. de lectura
El Premio Nobel de Economía 2025 fue otorgado a Joel Mokyr, Philippe Aghion y Peter Howitt por explicar cómo la innovación impulsa el crecimiento económico sostenido. Los tres economistas, desde perspectivas diferentes, coincidieron en un mismo mensaje: el progreso depende de la capacidad de las sociedades para crear, comprender y reemplazar lo viejo por lo nuevo.

El Comité del Nobel destacó que sus investigaciones permiten entender por qué algunas economías avanzan más rápido que otras y cómo el cambio tecnológico genera prosperidad cuando se combina con ciencia, educación y apertura social. En un mundo que enfrenta la transición hacia energías limpias y nuevos modelos productivos, las ideas de estos economistas ofrecen lecciones de enorme actualidad.
Tres lecciones clave del Nobel 2025:
1. La innovación requiere dejar atrás lo antiguo
Aghion y Howitt fueron reconocidos por su teoría de la destrucción creativa, inspirada en el economista Joseph Schumpeter. Esta explica que el crecimiento surge cuando las nuevas tecnologías sustituyen a las obsoletas, y no cuando simplemente conviven.
En el campo energético, por ejemplo, no habrá verdadera transición si los gobiernos siguen subsidiando los combustibles fósiles o bloqueando la entrada de energías renovables. El progreso exige permitir que lo nuevo tome el lugar de lo viejo, incluso si eso implica incomodidad o resistencia temporal.
2. El conocimiento científico es la base del progreso sostenible
Joel Mokyr, historiador económico, demostró que las revoluciones tecnológicas solo prosperan cuando las sociedades entienden las razones detrás de los inventos. En otras palabras, no basta con aplicar una innovación: hay que comprenderla, mejorarla y difundirla.
Su enfoque recuerda que el desarrollo no depende solo de máquinas o políticas, sino de una cultura del conocimiento. En la transición energética, esto significa invertir en investigación, educación técnica y divulgación científica que permita a las personas comprender y adoptar las nuevas tecnologías con confianza.
3. El crecimiento no es automático: debe cuidarse y orientarse
Como advirtió el Comité del Nobel, el crecimiento económico “no puede darse por sentado”. Factores como el proteccionismo, las guerras comerciales o la desconfianza institucional pueden frenar la innovación.
Por eso, el futuro económico y ambiental dependerá de políticas que promuevan la competencia, la colaboración internacional y la experimentación. Las economías que apuesten por un entorno abierto y flexible estarán mejor preparadas para liderar la era de la energía verde y la inteligencia artificial.
Más allá de la teoría económica, el Nobel 2025 envía una señal clara: el desarrollo sostenible no se logra con inmovilismo, sino con una combinación de curiosidad, valentía y políticas inteligentes.
En tiempos de cambio climático y disrupción tecnológica, las lecciones de Mokyr, Aghion y Howitt invitan a mirar el futuro con una mentalidad innovadora, donde la ciencia, la educación y la competencia creativa sean los motores del crecimiento global.






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