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Editorial: El presente y el futuro



Las predicciones económicas a nivel global para el 2023 parecían optimistas en el año 2022. Especialmente por el control de la pandemia, derivado de las nuevas vacunas, y un efecto rebote por la relajación de medidas sanitarias.


Pero nadie se esperaba ciertos acontecimientos que cambiaron para siempre la situación política y económica del mundo entero, como la invasión de Rusia a Ucrania, que continúa hasta el día de hoy y provocó un aumento considerable de los hidrocarburos y otros productos de importación.


Además, la inflación empezó a hacer mella en las economías del mundo entero, y el decrecimiento de la economía china causó un fuerte impacto, especialmente en los países que dependen de la venta de materias primas a este país, como el Perú.


Este escenario hizo que entidades como el Fondo Monetario Internacional advirtieran de que el desarrollo que se había visto anteriormente empezaría a desacelerarse, hasta estimar el crecimiento mundial en solo un 2,7% para el año 2023 a mediados de octubre.


En lo que respecta a la región de América Latina y el Caribe, el escenario es todavía más desalentador. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha estimado que el crecimiento apenas llegará a un 1,3%, y advierte de una importante precarización del trabajo formal, aunque reconoce que la inflación se ha estabilizado.


En el Perú, es imposible ignorar que nos encontramos en medio de una crisis política más, que por supuesto tiene un impacto en la economía del país. La inestabilidad política en la que nos encontramos desde hace años ha desencadenado en una situación insostenible, que ha coincidido con una de las campañas más importantes para los emprendedores y empresarios peruanos: la campaña navideña.


El futuro ahora mismo es incierto. Las perspectivas mundiales no son nada óptimas, pero venimos de una crisis sanitaria que nos puso a todos contra las cuerdas, y de alguna manera, salimos de esa situación todavía con la cabeza en alto.


La diferencia ahora es que es difícil saber qué ocurrirá en los próximos días, semanas o meses. No solamente a nivel económico, si no también a nivel político y social. Solamente queda navegar otro diciembre difícil, esperando que la crisis se resuelva de manera satisfactoria para la sociedad peruana, pero en este momento nos encontramos en una situación que se asemeja más a un naufragio en altamar, y no sabemos hacia donde sopla el viento.

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