Más allá del dólar: la oportunidad de América Latina
- Héctor Kuga Carrillo
- 19 sept
- 3 Min. de lectura
El dólar estadounidense atraviesa un momento de debilidad. Su tendencia bajista, marcada por un menor crecimiento de la economía de Estados Unidos y las expectativas de recortes de tasas de interés por parte de la Reserva Federal, está reconfigurando el escenario financiero global. Esta situación plantea nuevas oportunidades, pero también desafíos, para América Latina.
El dólar está experimentando una tendencia bajista cíclica, debido al menor crecimiento y a los recortes de tasas previstos.
Aunque las monedas latinoamericanas enfrentan desafíos por la revisión a la baja de las expectativas de crecimiento y restricciones fiscales, podrían beneficiarse de la reconfiguración del comercio global.
Para mitigar la volatilidad, los inversionistas deberían considerar diversificar su exposición doméstica, ya que un dólar débil no necesariamente equivale a una moneda local fuerte.

La depreciación del dólar no debe interpretarse como una señal de que las monedas latinoamericanas se fortalecerán de manera automática. La realidad es más compleja: las economías de la región enfrentan limitaciones como un crecimiento más bajo de lo esperado y restricciones fiscales. Ante ello, la recomendación clave para los inversionistas es diversificar sus carteras, ya que un dólar débil no garantiza estabilidad en los mercados locales.
La pregunta central que se plantea es si lo que está ocurriendo es un debilitamiento del dólar o un verdadero fortalecimiento de las monedas latinoamericanas. No existen cambios estructurales que pongan en riesgo el rol del dólar como moneda de reserva global. Es decir, sigue siendo el principal referente mundial, aunque su valor relativo fluctúe en el corto plazo.
En América Latina, las proyecciones económicas se han ajustado a la baja. Se espera que el crecimiento de la región sea de apenas 0,8% en el cuarto trimestre de 2025, frente al 1,5% estimado inicialmente. México pasaría de un crecimiento proyectado de 1,3% a una contracción de -0,5%. República Dominicana reduciría su avance de 5% a 2,6%, y Colombia bajaría de 2,5% a 2,3%.
Brasil, en contraste, presenta un panorama más optimista: su PIB creció 5,8% en el primer trimestre gracias al impulso de la agricultura y la minería. Sin embargo, este dinamismo podría moderarse debido a la política monetaria más estricta y a problemas fiscales. En Chile, Perú y Colombia el arranque del año fue positivo, impulsado por mejores condiciones comerciales y políticas menos restrictivas. Aun así, los analistas prevén una desaceleración hacia fin de año por la caída de la inversión y las exportaciones.
Mientras tanto, en Estados Unidos no se proyecta una recesión inmediata, pero sí un crecimiento más débil de entre 0,5% y 1% al cierre de 2025, lo que está muy por debajo de su promedio histórico de 2%. Este menor dinamismo abriría espacio para que la Reserva Federal reduzca las tasas en alrededor de 100 puntos básicos entre finales de 2025 y mediados de 2026.
En conclusión, América Latina podría beneficiarse de un dólar más débil y de los cambios en el comercio internacional. Sin embargo, el verdadero desafío será convertir esa coyuntura en crecimiento sostenible, en un contexto marcado por la volatilidad y las limitaciones internas.
Fuente: J.P. Morgan Private Bank América Latina
NO CONFIANZA. Ciertos datos se consideran fiables; sin embargo, JPM no garantiza su precisión ni asume responsabilidad por pérdidas derivadas de su uso. La información es ilustrativa y puede cambiar sin previo aviso. Las proyecciones no deben interpretarse como garantías de resultados futuros.
Todos los datos de mercado y económicos son al 10 de junio de 2025 y fueron obtenidos de Bloomberg Finance L.P.
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