¿Cómo proteger la reputación de un negocio en tiempos de crisis?
- Héctor Kuga Carrillo
- 18 ago
- 2 Min. de lectura
Una crisis puede poner en jaque a cualquier organización, pero lo que realmente puede hundirla es la pérdida de confianza de clientes, colaboradores y aliados. En esos momentos, la reputación se convierte en el activo más frágil y, al mismo tiempo, más valioso.

Cuando una empresa enfrenta un problema —sea una falla en el servicio, denuncias internas o un conflicto con proveedores— lo primero que la gente observa no es solo la causa, sino cómo se responde. Un mal manejo de la comunicación puede amplificar la crisis y erosionar la confianza construida durante años.
Errores frecuentes que dañan la reputación
Prometer más de lo que se puede cumplir. Mensajes como “todo estará solucionado mañana” generan expectativas que, si no se cumplen, agravan el daño. Es mejor comunicar soluciones graduales y avances reales.
Minimizar el problema. Frases como “no es para tanto” pueden encender más críticas, sobre todo si los afectados sienten que su experiencia no es reconocida. Algunas empresas de transporte, por ejemplo, han perdido credibilidad al restar importancia a quejas de usuarios.
Comunicar solo hacia fuera. Muchas veces se piensa en clientes, pero se olvidan colaboradores, proveedores o incluso autoridades. En un negocio local, si los trabajadores no están informados, el mensaje oficial pierde fuerza.
Dejar todo en manos del área legal. Aunque es necesaria, una comunicación demasiado técnica puede sonar fría o evasiva. En situaciones delicadas, la empatía resulta tan importante como la precisión.
¿Qué hacer para proteger la reputación?
Ser realista y transparente con los tiempos y acciones.
Reconocer el problema con objetividad y empatía.
Adaptar los mensajes a cada grupo de interés.
Trabajar con equipos multidisciplinarios para diseñar respuestas equilibradas.
Monitorear la conversación después de la crisis para corregir y aprender.
La reputación no se defiende con improvisación. Cada decisión tomada en un momento crítico puede convertirse en un ladrillo para reconstruir la confianza o en una grieta difícil de reparar. Más allá de resolver la crisis, el verdadero reto de un líder es proteger el valor más importante de su negocio: la confianza de quienes creen en su marca.






Comentarios