Cábalas empresariales de Año Nuevo

Cada cierre de año no solo es un balance contable. Para quienes trabajan en empresas, venden a diario o gestionan un negocio propio, también es un momento para ordenar la mente, renovar energías y proyectar un nuevo ciclo comercial. En ese contexto, las cábalas empresariales de Año Nuevo han ido ganando espacio como prácticas simbólicas que refuerzan la motivación y el enfoque en los objetivos.

Una de las más utilizadas es la limpieza energética del negocio o la oficina. Antes del 31 de diciembre, muchos emprendedores recorren sus locales con incienso o palo santo, poniendo especial atención en la caja, el área de ventas y los espacios de decisión. El mensaje es claro: dejar atrás meses difíciles, clientes complicados o decisiones que no funcionaron, y empezar el año con un ambiente más ligero y ordenado.

En el mundo comercial, la abundancia es clave, y por eso las lentejas siguen siendo protagonistas. Colocar un frasco con lentejas cerca de la caja registradora, del POS o del escritorio del gerente simboliza ingresos constantes y movimiento de ventas. Algunos vendedores incluso las llevan en un bolsillo el primer día laboral del año como señal de buen inicio.

Otra práctica cada vez más común es escribir y quemar metas empresariales. Equipos de ventas y pequeños negocios usan este ritual para anotar objetivos concretos: mejorar comisiones, abrir nuevos mercados o fidelizar clientes. Quemar el papel a medianoche representa el compromiso de trabajar esos objetivos durante el año, más allá del deseo.

Los colores también juegan un rol simbólico. El amarillo se asocia con dinero y oportunidades; el verde con crecimiento y estabilidad; el rojo con energía comercial y liderazgo; y el blanco con claridad y buen clima laboral. Estos tonos pueden verse en la ropa, accesorios o incluso en detalles del espacio de trabajo.

Finalmente, las 12 uvas de medianoche siguen vigentes. Muchos comerciantes destinan varios deseos a ventas, alianzas, estabilidad financiera y continuidad del negocio. No son fórmulas mágicas, pero sí recordatorios simbólicos de que un buen año empieza con intención, enfoque y actitud positiva.