Por Aitana Gómez de la Flor|
Aunque no lo parezca, los municipios y las cooperativas tienen mucho en común. Ambas comparten de manera intrínseca un territorio, buscan el desarrollo local y son entidades democráticas que se rigen por el voto de sus participantes. Es por eso que una alianza entre ambas debería ser lo más lógico y beneficioso.
Bajo esta consigna nació la Red de Municipios Cooperativos hace seis años en Argentina, con la intención de generar desarrollo local y, al mismo tiempo, impulsar la educación cooperativa.
“Tenemos también los mismos problemas que un alcalde, que es la falta de oportunidades, y las cooperativas generamos trabajo, generamos oportunidades y generamos desarrollo local. Indirectamente, cuando nosotros constituimos nuestra empresa en nuestros distritos, en nuestros territorios, lo que hacemos es aportar a la comunidad organizada, aportar al desarrollo local. Que es la misma necesidad que tiene un alcalde, generar las condiciones para que su ciudad sea un poco mejor. Tenemos el mismo interés, que los recursos económicos se queden en nuestras localidades, que nuestros hijos tengan oportunidades, que la comunidad tenga oportunidades de desarrollo, bajo el lema del desarrollo local cooperativo” explica Cristian Horton, tesorero de Conferencia Cooperativa de la República Argentina (COOPERAR) y miembro de la Red de Municipios Cooperativos.
Ya son 60 municipios en distintas localidades del país que se han aliado de manera estratégica con la Red de Municipios Cooperativos, impulsada por la Conferencia Cooperativa de la República Argentina (COOPERAR), y que se han beneficiado del apoyo y la sinergia creada entre empresas cooperativas y entidades locales.
“Ahí es donde nos encontramos, el cooperativismo, el asociativismo, con el gobierno local, para establecer pautas de trabajo y nosotros le hemos generado a esos gobiernos locales un programa de trabajo que empezó hace unos cinco o seis años con un municipio, y que después lo replicamos en otro, y fue creciendo y fue desarrollándose por su propia inercia y por contagio en muchos casos. Y a esos alcaldes o presidentes comunales les llevamos herramientas que tienen que ver con las que nosotros vamos gestionando en nuestra vida cotidiana, en nuestras entidades. Algunas herramientas son de capacitación, otras son de gestión, otras son de aportar recursos financieros a esas localidades, siempre pensando que de ese desarrollo local es mediante cooperativas, mediante mutuales, mediante el asociativismo. Nosotros no vamos a una localidad a decirles lo que tienen que hacer, si no que vamos a hacer el diagnóstico para ver qué es lo que tienen, para ver qué es lo que podemos hacer y potenciar esas experiencias locales. No es un enlatado” comenta Cristian Horton.
Pero, por supuesto, como en cualquier alianza existe un intercambio de fuerzas que beneficia a ambas partes, y que ha significado también un importante impulso a la empresa cooperativa en el país.
“Hoy estamos constituyendo consorcios de cooperativas de agua, cooperativas de trabajo, y estamos ganando licitaciones para hacer obra pública, y estamos haciendo lo mismo para fibra óptica. En Gualeguaychú, que es una ciudad muy conocida turística de Argentina, hacen el 99% de obra pública las cooperativas” explica el cooperativista.
Esta exitosa experiencia, si bien empezó en Argentina, es fácilmente replicable en cualquier otro territorio, como comenta convencido Cristian Horton.
“Hay que encontrar esos actores en el territorio que quieran llevar a cabo esto, me parece que es importante esa visibilización, después nosotros podemos acompañar, hacer capacitaciones, pero hay que detectar cuales podrían ser esos actores que podrían llevarlo adelante. Yo creo que hay en todos lados, de eso estoy convencido, que no estamos carentes. A veces estamos aislados, estamos solos, creemos que no se puede, nos embarga la decepción, pero yo creo que hay mucho por hacer.”
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