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Informe de la CEPAL: Cómo el mal desempeño de inversión y la baja productividad mantienen a América Latina y el Caribe en estancamiento

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) es un organismo de las Naciones Unidas dedicado a promover el desarrollo económico y social en la región. Su objetivo principal es fomentar un crecimiento económico equitativo a largo plazo y asegurar una asignación eficiente de recursos para mejorar la igualdad y el bienestar en los países latinoamericanos y caribeños.




Recientemente, la CEPAL presentó su informe anual, titulado "Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2024: Trampa de bajo crecimiento, cambio climático y dinámica del empleo", en una conferencia de prensa en Santiago de Chile, encabezada por el Secretario Ejecutivo, José Manuel Salazar-Xirinachs. El informe revela que la región sigue atrapada en una trampa de bajo crecimiento económico, con proyecciones de solo un 1,8% para 2024 y un 2,3% para 2025. Esta situación refleja una tendencia preocupante de estancamiento, con una tasa de crecimiento promedio de apenas 0,9% en la última década.


El informe destaca varios problemas clave: la baja inversión, la productividad laboral insuficiente y el reducido margen fiscal para implementar políticas de reactivación económica. Además, la productividad laboral ha disminuido y se espera que sea inferior a los niveles de 1980 en 2024. El empleo informal ha aumentado, especialmente en sectores con baja productividad como la construcción y el comercio. También se advierte que el cambio climático podría amenazar con la pérdida de hasta 43 millones de empleos para 2050 si no se toman medidas adecuadas.


Para superar estos desafíos, el informe propone varias recomendaciones estratégicas. Primero, es esencial fortalecer la inversión pública y privada en infraestructura y tecnología, fomentando la colaboración entre gobiernos y empresas para atraer inversión extranjera y desarrollar sectores clave.


También se subraya la importancia de mantener políticas fiscales responsables para evitar un aumento excesivo de la deuda pública, optimizando el gasto en áreas prioritarias como educación y salud.


Diversificar las exportaciones es otra recomendación importante. Reducir la dependencia de mercados volátiles mediante el apoyo a las pequeñas y medianas empresas y la mejora de acuerdos comerciales puede proporcionar estabilidad económica.


Estimular el consumo interno es crucial para sostener el crecimiento económico. Políticas que mejoren el poder adquisitivo de la población, como la reducción de la inflación y el apoyo a los sectores vulnerables, pueden tener un impacto positivo.


Finalmente, es necesario implementar reformas estructurales que fortalezcan el mercado laboral, reduzcan la informalidad y mejoren la competitividad. Además, adaptarse al cambio climático invirtiendo en energías renovables y prácticas sostenibles puede abrir nuevas oportunidades económicas.


América Latina y el Caribe deben adoptar medidas estratégicas para enfrentar la trampa de bajo crecimiento, promoviendo una inversión más eficiente, una política fiscal equilibrada y un entorno económico más dinámico. Solo así podrán superar los desafíos actuales y lograr un crecimiento más inclusivo y sostenible en el futuro.

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