Con la llegada del verano, el consumo de frutas de temporada no solo es una opción refrescante y saludable, sino también una pieza clave en la dinámica económica del país. La producción de frutas como la uva, sandía, papaya, chirimoya y banano es impulsada por la agricultura familiar, lo que garantiza la disponibilidad de estos productos en mercados y ferias locales.

Impacto económico en productores y comerciantes
El Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) destaca que cerca del 70 % de los alimentos que se consumen en el país provienen de pequeños agricultores. Este sector no solo abastece a los mercados, sino que también genera empleo en diversas etapas de la cadena productiva, desde la cosecha hasta la comercialización.
Los vendedores minoristas y mayoristas encuentran en las frutas de verano un producto con alta demanda, lo que permite dinamizar el comercio y mantener precios estables. Además, las alternativas de transformación, como la venta de cremoladas, jugos y ensaladas de frutas, ofrecen nuevas oportunidades de negocio, incrementando el valor agregado de estos productos.
Beneficio para los consumidores
Para los consumidores, las frutas de temporada representan una opción asequible y accesible, además de ser una fuente natural de vitaminas y minerales esenciales. Su frescura y disponibilidad local garantizan un menor costo en comparación con productos importados, lo que favorece el presupuesto familiar.
Además del consumo directo, incorporar estas frutas en preparaciones como batidos enriquecidos con productos nativos como el tarwi o en ensaladas de frutas permite potenciar su valor nutricional. Estas prácticas no solo mejoran la alimentación diaria, sino que también promueven hábitos más saludables en la población.
Sostenibilidad y respaldo institucional
El Midagri, a través de sus programas de financiamiento y transferencia tecnológica, apoya a los productores para mejorar su competitividad y sostenibilidad. Estas iniciativas garantizan un abastecimiento continuo de productos de calidad, fortaleciendo el mercado interno y ofreciendo a los consumidores frutas frescas a precios justos.
El consumo de frutas de verano no solo favorece la salud de los peruanos, sino que también impulsa el desarrollo de la agricultura local y la economía de pequeños y medianos comerciantes. Apostar por productos de temporada es una decisión que beneficia a todos los actores de la cadena productiva y promueve un mercado más justo y sostenible.
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