Economía Circular Cooperativa: Una oportunidad para un futuro sostenible
- Héctor Kuga Carrillo
- 21 mar
- 2 Min. de lectura
La economía circular busca reducir los residuos y aprovechar los recursos al máximo. En lugar de producir, usar y desechar, propone reutilizar, reciclar y transformar. Todas las organizaciones pueden aplicar este modelo, pero las cooperativas tienen una ventaja: trabajan en comunidad y su propósito es el bienestar de todos, no solo las ganancias.

Mientras muchas empresas priorizan la rentabilidad, las cooperativas equilibran el éxito económico con el impacto social y ambiental. Funcionan con principios de colaboración y responsabilidad, lo que las hace ideales para promover la economía circular. En otras palabras, ya tienen la base para reducir desperdicios y aprovechar mejor los recursos.
Existen ejemplos claros en el mundo. En España, una cooperativa recupera materiales de electrodomésticos viejos para fabricar nuevos productos. En el Reino Unido, una cadena de supermercados cooperativos ha eliminado envases plásticos y dona alimentos antes de que se desperdicien. En Italia, una cooperativa usa envases biodegradables y colabora con bancos de alimentos para reducir desperdicios.
En Perú, hay un gran potencial para aplicar la economía circular en las cooperativas. Las cafetaleras y cacaoteras pueden transformar los residuos de sus cultivos en abono o biogás, reduciendo la contaminación. Las cooperativas de recicladores ayudan a gestionar los desechos en las ciudades, evitando que toneladas de basura terminen en botaderos. En el sector textil y artesanal, el uso de insumos reciclados puede reducir la contaminación y crear productos más sostenibles.
Aplicar este modelo beneficia tanto al medio ambiente como a la economía. Al reutilizar materiales, se genera menos contaminación en el agua, suelo y aire. Además, se crean empleos y oportunidades para muchas personas, desde agricultores hasta recicladores. También se fomenta la innovación y nuevas formas de hacer negocios sin dañar el planeta.
Las cooperativas tienen el potencial de liderar este cambio porque su estructura y valores ya están alineados con la sostenibilidad. Si bien todas las organizaciones deberían adoptar la economía circular, las cooperativas pueden hacerlo de manera más natural y efectiva. Este modelo no es solo una tendencia, sino una necesidad para construir un futuro más limpio, equitativo y próspero para todos.
En el Perú, donde el manejo de residuos sigue siendo un desafío y la informalidad afecta a muchos sectores, las cooperativas pueden marcar la diferencia. Su capacidad para organizar comunidades y generar empleo formal es clave para transformar la economía. Apostar por la economía circular en el modelo cooperativo no solo es viable, sino urgente, ya que ofrece una alternativa concreta para mejorar la calidad de vida y reducir el impacto ambiental en un país que aún enfrenta grandes retos en sostenibilidad.
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